#1: Agricultura de conservación
Hoy, contamos con la colaboración de Antonio Conde, una persona que se desvive por su trabajo, ya sea en el campo o en los escritos, para los que seguís twitter, seguro que conoceréis su cuenta: @conde_onde.
Muchas gracias Antonio y espero que os guste
La Agricultura de Conservación conlleva la práctica de una serie de técnicas con fines de rentabilizar la producción del agricultor, de mejorar los recursos naturales, de conservar la biodiversidad y de luchar contra el cambio climático a través del incremento de la materia orgánica del suelo y la reducción de las emisiones de CO2, haciendo un uso eficiente de insumos, agua, suelo y agentes biológicos. Además, se pueden alcanzar otros fines sociales, que conlleva la especialización del personal de campo, creación de nuevos puestos de trabajo cualificados y la fijación de jóvenes agricultores en el medio rural.
La puesta en práctica de Buenas Prácticas Agrícolas bajo la Agricultura de Conservación se fundamenta en los siguientes principios, aplicables a todas las áreas agro-climática, y siempre adaptada a los usos del suelo:
Siembra directa y/o supresión de las operaciones de laboreo del suelo. Constituye una de las prácticas agrarias más efectivas en cultivos herbáceos para incrementar el contenido de materia orgánica, conservar la biodiversidad edáfica, mejorar la estructura y la salud del suelo.
Mantener una cobertura vegetal sobre el suelo durante todo el año. Aplicable en cultivos herbáceos con el mantenimiento de los rastrojos y en cultivos leñosos con la siembra y/o conservación de cubiertas vegetales vivas e inertes entre hileras de árboles.
Rotaciones y/o diversificación de cultivos. Práctica agrícola desarrollada en cultivos herbáceos de carácter anual, de esta forma se intenta controlar mejor las plagas y enfermedades, además de aumentar la cantidad de biomasa de residuos procedentes de la cosecha del cultivo predecesor.
En cultivos leñosos la práctica agronómica que destaca de las Buenas Prácticas Agrícolas es la implantación de cubiertas vegetales vivas e inertes, en cultivos como olivar, frutales de cáscara, cítricos a nivel nacional. En el que se considera que al menos un 30% de la superficie del suelo se encuentra protegida ante la erosión ocasionada por las lluvias, lluvias torrenciales principales, y más acusadas con los últimos temporales climáticos.
Los rendimientos potenciales de las explotaciones agrícolas se están reduciendo debido al cambio climático, provocando largos periodos de sequías y una degradación de la capa fértil de nuestros suelos, el verdadero sostén de la alimentación mundial.
Se recurre a la Agricultura de Conservación para tratar de mitigar el cambio climático con todas las Buenas Prácticas Agrícolas que conlleva. Centrándonos en los cultivos leñosos, y en la implantación de cubiertas vegetales vivas e inertes, destacamos los principales beneficios que aportan:
Aumento de la materia orgánica.
Mejora de la estructura del suelo.
Evita la pérdida de suelo fértil por erosión.
Mayor infiltración de agua.
Reduce el lixiviado de nutrientes.
Conservación y aumento de la biodiversidad.
Captura de CO2 atmosférico en el suelo.
Reducción de las labores, y por ello menos emisiones de gases de efecto invernaderos.
Almacenamiento de carbono orgánico en el suelo.
Menores pérdidas evapotranspirativas.
Sirve de refugio para enemigos naturales.
Favorece el paso de maquinaria con lluvia.
La cubierta vegetal constituye un sistema de mantenimiento del suelo eficaz en los modelos de agricultura sostenible. A la hora de implantar una cubierta vegetal existen varias opciones, por ello hay que tener en cuenta varios aspectos entre los que hay que resaltar el manejo que debe realizarse, ya que un buen manejo de la cubierta será esencial para obtener sus beneficios. En principio, unas buenas pautas a seguir a la hora de la elección del tipo de cubierta serían optar por aquella que tenga capacidad de frenar la erosión, que se adapte a las condiciones climáticas de la zona donde nos encontremos y que su manejo sea sencillo y económico.
Los aspectos generales que debe presentar una cubierta vegetal (Arenas et al., 2015) se destacan los siguientes:
Bajo crecimiento para evitar el sombreo en las faldas de los árboles.
Enraizamiento superficial para no extraer el agua y nutrientes en las zonas radiculares del cultivo.
Desarrollo vegetativo durante la estación de lluvias para no competir por el agua con el cultivo.
Que no sirva de refugio para plagas dañinas a la plantación.
Que no interfiera con las operaciones de cultivo.
Capacidad de autosiembra.
Las cubiertas vegetales se pueden clasificar de la siguiente manera, y no siempre así pueden encontrarse en la bibliografía científico-técnica:
Cubierta vegetal viva espontánea no seleccionada.
Cubierta vegetal viva espontánea seleccionada hacia gramíneas.
Cubierta vegetal viva sembrada, ya sea de leguminosas, de crucíferas, de gramíneas, etc.
Cubiertas vivas de restos de poda.
Cubiertas vivas de restos de los subproductos de almazaras de aceituna o de otra industria agroalimentaria.
Cubiertas inertes, como pueden ser piedras.
Figura 1. Cubierta vegetal viva espontánea no seleccionada en un olivar tradicional a finales de otoño.
Figura 2. Cubierta vegetal viva sembrada de gramíneas en un olivar intensivo a finales de invierno.
La Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEACSV) es una entidad sin ánimo de lucro e independiente, abierta a cualquier persona física (agricultores, técnicos, investigadores) o jurídica (empresas, organismos públicos) que estén interesados en promover las prácticas agrícolas que conducen a una mejor conservación del suelo agrícola y de su biodiversidad.
Le avalan más de 25 años, con un grupo multidisciplinar de investigadores, agricultores, técnicos y personal cualificado del sector agrícola que, apuesta por el estudio de la Agricultura de Conservación, una práctica agrícola poco extendida en el conjunto nacional, pero de gran importancia en las nuevas metas que nos proponemos para tratar de mitigar el cambio climático. Desarrollando dicha técnica como una herramienta valiosa y eficaz para los agricultores y el sector agrícola que defiende sus ventajas frente a otras técnicas de manejo del suelo.
Las últimas investigaciones relacionadas con la Agricultura de Conservación, reflejan el incremento de la superficie a nivel nacional, resaltando a España como líder europeo en la utilización de dichas prácticas, siendo un referente en la Unión Europea. Su apoyo a través de medidas agroambientales en gran parte del territorio nacional da partida a la aplicación de los principios en los documentos de la nueva PAC, dentro del Plan Estratégico Nacional.
La AEACSV está involucrada en una serie de proyectos de carácter científico-técnico, formando equipo con otras instituciones públicas y empresas privadas, y siempre defendiendo la Agricultura de Conservación y lo que conlleva la aplicación de estas Buenas Prácticas Agrícolas. Uno de esos proyectos, el LIFE “Agromitiga”, persigue contribuir a la transición hacia un sistema agrario hipocarbónico, aportando resultados validados, aplicables a los compromisos de la Unión Europea en las alianzas globales climáticas. Tuve la oportunidad de trabajar en el mismo durante un tiempo y desde el principio participamos de forma directa con algunas de las fincas de la Red de Fincas Demostrativas que se encuentran para el desarrollo de proyecto junto a otras muchas más de Andalucía.
Con ello la intención es sacar conclusiones personales más allá de las que persigue el Proyecto, y fortalecer ese papel que ejercen las cubiertas vegetales en nuestros olivares tradicionales e intensivos ubicados en la Sierra Sur de Jaén, dando a conocer dichos trabajos al resto de agricultores para que se familiaricen y apliquen dicha técnica debido a los diferentes beneficios que aporta social, cultural, económica y medioambientalmente.
Figura 3. Finca demostrativa “Encina Hermosa” de olivar intensivo en regadío y bajo Agricultura de Conservación en Castillo de Locubín, Jaén.
Actualmente, la incorporación de jóvenes agricultores, más cualificados y con conocimientos basados en experiencias reales y estudios científicos, recalcan el uso de cubiertas vegetales y otras técnicas que mejoran las cualidades físico-químicas del suelo, como manejo ideal en olivar tradicional, intensivo y en seto, estos últimos sistemas poco o nada predominantes en la zona de la provincia de Jaén. En un futuro tal vez la apuesta por nuevos sistemas de plantación y diversificación de cultivos cambien el monocultivo del olivar.
Las nuevas tecnologías y su aplicación en agricultura están revolucionado el sector agrícola, alcanzando una agricultura más digital y conectada, en especial, en el cultivo del olivar está generando un gran interés el uso de tecnologías relacionadas con el riego, la genética, las aplicaciones fitosanitarias, la monitorización de operaciones, la evaluación de la calidad del producto, la maquinaria, la trazabilidad de productos, el procesado industrial… Involucrando sistemas de inteligencia artificial, robotización, sensorización, BigData, control remoto, sistemas satelitales, geo-posicionamiento, etc., acercando cada vez más el cultivo del olivar a una Agricultura de Precisión.
La vocación y la complementariedad con una formación profesional es fundamental en la nueva era, donde mundialmente está cambiando la forma de hacer agricultura y ganadería, siempre respetando de forma sostenible el medio ambiente. Aquí entra el papel de los jóvenes con una formación y cualificados para lanzarnos a resolver problemas que se presentan en el sector agrícola, interactuando con toda la cadena de valor, aumentando así las posibilidades de resolver dicho problema, ya que un producto abarca una gran cadena y es primordial conocerla desde el primer eslabón al último.